Iván Cepeda será el candidato del Pacto Histórico y de la izquierda colombiana
El senador se acerca a 1.500.000 de votos con el 98% de las mesas escrutadas, y duplica a Carolina Corcho. Más mujeres que hombres en la celebración.
La izquierda colombiana ya tiene un aspirante presidencial propio para el 2026. El senador Iván Cepeda (Bogotá, 63 años), uno de sus militantes más leales, ha superado este domingo en la consulta popular del Pacto Histórico a la exministra Carolina Corcho, con lo que congrega a su alrededor al grueso de las fuerzas progresistas. El filósofo y negociador de paz hereda así las banderas de la variopinta coalición que respalda al Gobierno de Gustavo Petro con 1.477.584 votos, el 65,15% del total, frente a 652.008 votos de Corcho, con datos hasta las 8.20 de la noche. Así, se convierte en el candidato presidencial del petrismo para los comicios de mayo de 2026. El plan del Pacto pasa por unificar las aspiraciones de la izquierda y varios sectores del centro mediante otra consulta que se realizará el mismo día de las elecciones legislativas, el 8 de marzo. Cepeda competiría entonces con los exministros Roy Barreras y Juan Fernando Cristo, la senadora Clara López o incluso el exalcalde de Medellín Daniel Quintero, si la propuesta se concreta.
El Pacto Histórico sin duda es la fuerza política más grande, más poderosa en el país, ha dicho este domingo, tras conocer los resultados preliminares. En un pequeño, pero abarrotado auditorio, agradeció antes que nada a los campesinos indígenas y otros sectores sociales que lo impulsaron. También pidió que la campaña se haga sobre propuestas, no sobre insultos, y se mostró muy optimista. Tenemos todos los ingredientes, todas las condiciones, para construir un segundo gobierno progresista
Soy defensor de derechos humanos, sobreviviente del genocidio político, hijo de un senador de la Unión Patriótica asesinado por su compromiso con los derechos de la gente, se presentó Cepeda hace apenas dos meses, cuando lanzó su precandidatura desde la ciudad de Pasto. Es uno de los tantos huérfanos que ha dejado la violencia política en Colombia en las últimas décadas. Su padre, el político comunista Manuel Cepeda Vargas, fue asesinado por agentes del Estado en complicidad con paramilitares el 9 de agosto de 1994. Desde el 2010, cuando llegó por primera vez al Congreso, se ha consolidado como uno de los rostros más visibles de la izquierda, muy cercano a las organizaciones de víctimas –como las madres de los mal llamados ‘falsos positivos’– y a diversas organizaciones sociales.
También fue uno de los principales negociadores del Gobierno Petro en la congelada mesa con el ELN, la última guerrilla en armas, y participó en su día en los diálogos que desembocaron en el acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Juan Manuel Santos con las extintas FARC, a finales de 2016. Es también muy reconocido como el senador de izquierdas que sentó ante la justicia al expresidente de derechas Álvaro Uribe Vélez por un dilatado caso de manipulación de testigos, el llamado ‘juicio del siglo’. El exmandatario acaba de ser absuelto de todos los cargos en segunda instancia, después de haber sido condenado a 12 años de prisión en un primer momento.
En el accidentado proceso de la consulta popular del Pacto Histórico, que ha enfrentado innumerables escollos legales, Cepeda consolidó su favoritismo hace un mes, cuando la mayoría de los precandidatos renunció a su propia aspiración para entregarle su apoyo. Con el respaldo de la senadora María José Pizarro, el exsenador Gustavo Bolívar, la exministra de Ambiente Susana Muhamad o la de Trabajo Gloria Inés Ramírez, se convirtió en el nombre de la unidad. La renuncia sobre la hora del exalcalde de Medellín Daniel Quintero, muy resistido entre el progresismo, terminó de allanarle el camino. Corcho era su último rival. Ya con candidato propio –y sin que las dudas jurídicas estén del todo despejadas–, la hoja de ruta de la izquierda pasa ahora por hacer en el mes de marzo otra consulta, denominada interpartidista, para conformar una coalición más amplia a la que denominan el Frente Amplio.
Además, de los votos por Cepeda y Corcho, la Registraduría ha contado los resultados de Quintero, quien renunció a la consulta hace tan solo 10 días, de forma tan tardía que hay dudas sobre los efectos jurídicos de su decisión y que ya era inevitable que si rostro apareciera en el tarjetón. El político de reciente militancia en la izquierda, y quien enfrena un juicio en un caso por corrupción, sumó 138.122 votos, un 6,08%. Hay un debate jurídico abierto por la posibilidad de que se entienda que sí participó en la consulta de este domingo y haya quedado inhabilitado para marzo.
Además de la elección del candidato presidencial, la consulta de este domingo definía otros dos elementos clave. De un lado, los miembros de sus listas al Senado y a las principales circunscripciones de la Cámara de Representantes, como Bogotá o el Valle del Cauca. Los datos sobre esa definición se conocen con menos velocidad que los de la definición presidencial y hasta el momento no hay claridad sobre los ganadores.
De otro lado, el total de los votos se ha visto como un termómetro de la fuerza electoral de la izquierda para el ciclo electoral de 2026. Aunque es difícil comprar cualquier resultado con los votos obtenidos en las elecciones legislativas o presidenciales de 2022 -en esos momentos el ambiente electoral es mucho mayor, son definitivas y todos los partidos y fuerzas hacen campaña-, un estimado general era que menos de un millón de votos era una derrota y más de dos millones una victoria. Hasta el momento, la Registraduría señala que participaron 2.042.978 ciudadanos, lo que señala un resultado positivo para la izquierda. La cifra tiende a mejorar en las mesas que faltan por contar, pues suelen ser las que recibieron más votos y tardan más en contabilizarlos.
Esta cifra, en todo caso, aparece ensombrecida por los cuestionamientos durante la jornada, cuando ciudadanos y políticos del Pacto denunciaron la falta de mesas y jurados de votación, o el cambio de lugares frente a los usuales, que habrían producido que una cantidad indeterminada de votantes desistieran de su intento de participar. La Registraduría ha explicado que el dispositivo era menor que el de las elecciones nacionales, como ha ocurrido con otras consultas internas del pasado, debido a que era prevista una participación menor. Por ejemplo, en las elecciones al Congreso de 2022 votaron más de 18 millones de personas, en la primera vuelta presidencial más de 21 millones y en la segunda vuelta más de 22 millones.
El País de España
¿Éxito o fracaso? ¿Qué significa los 2,6 millones de votos que sacó el Pacto Histórico en la consulta interna de este domingo?
Este domingo se llevó a cabo la consulta del Pacto Histórico. Aunque parecía que iba a haber una baja afluencia, aumentó al cierre.
Además de los resultados por cada candidato, uno de los temas en los que había más atención era la participación final de la consulta del Pacto Histórico. Un número bajo implicaba un músculo electoral débil para comenzar oficialmente la contienda electoral de 2026. Por eso, hay interpretaciones encontradas sobre la afluencia a las urnas en la jornada de este domingo.
Si se analiza con los números de las últimas consultas de la izquierda, ambas presidenciales, bajaron drásticamente las cifras. En 2018 hubo una participación de la consulta de la izquierda de 3,2 millones de personas y en 2022 subió a más de 5,5 millones de votos. En ambas se impuso el actual presidente, Gustavo Petro.
Precisamente desde la oposición han tratado de exponer esa diferencia para decir que fue un fracaso la consulta y que el petrismo comienza la carrera a 2022 con una base de votación baja. Tras meses de improvisación, interpretaciones erradas de las normas y manipulación, el Pacto Histórico realizó una consulta que registró una participación baja, aseveró el senador de oposición Carlos Fernando Motoa (Cambio Radical).
A esto hay que sumarle las cuentas que inicialmente tenía el gobierno de Gustavo Petro, que inicialmente tenían entre sus prospectos lograr 3 millones de votos. Paulatinamente fueron bajando las expectativas para ubicarse en el último momento en un millón de votos. Bajaron la cifra cuando vieron las varias dudas que había sobre la seguridad jurídica del proceso electoral, sobre todo el presidencial.
Sin embargo, no se puede ser concluyente en que fue una baja votación.
Por un lado, hay que tener en cuenta que las últimas consultas de la izquierda fueron apalancadas por las elecciones legislativas. Ambas se hicieron en la jornada de marzo. En cambio, esta se realizó en la ventana de octubre, que es lo que se considera como una consulta fría.
En el pasado reciente no hay antecedentes de una consulta de este tipo. La más cercana fue la del Partido Liberal de 2018. En ese momento, con Juan Fernando Cristo y Humberto de la Calle de candidatos, no sacaron poco más de 700.000 votos.
Lo más cercano por el espectro de izquierda data del 27 de septiembre de 2009, cuando también participó Gustavo Petro y se impuso a Carlos Gaviria Díaz. En ese momento sacaron 483.493 votos, siendo apenas 234.244 por el actual presidente y 210.440 por el que quedó de segundo.
Es decir, 16 años después, la izquierda sacó 5,3 veces la cifra de votos en comparación a la última vez que se midieron en un proceso electoral anterior a la contienda legislativa y presidencial.
Con todos estos antecedentes en cuenta, expertos consultados por EL TIEMPO coincidieron en que no se puede decir que fue una afluencia excelente pero sí lo suficientemente buena para que la izquierda comience la carrera legislativa para el 2026.
Cerca de 2 millones de votos no está mal, dijo el profesor y analista Jorge Iván Cuervo. A eso añadió: Las consultas internas (primarias) es el camino para darle orden a los partidos y salir de la democracia del bolígrafo y fortalecer el vínculo de representación. El Pacto, en condiciones adversas, le apostó a eso y le salió bien. Cuervo hizo referencia en ese punto a las dudas jurídicas que durante el último mes hubo y que aún no se resuelven frente a la consulta presidencial.
En un mismo camino estuvo el columnista de este diario Pedro Medellín. Apuntó que si bien es cierto que no llegaron a los 3 millones de votos que se había puesto como meta el gobierno Petro, al final sí tuvieron una considerable participación a nivel nacional.
Ellos estaban haciendo un cálculo sobre tres millones de votos. La metieron toda, movieron todo lo que podían mover. Me dicen que incluso actores de orden extrapartidista; hubo gente de otros partidos que salió a votar. La votación que aspiraba el presidente Petro para mostrar una fuerza electoral significativa, el resultado no le da. Pero, de todos modos, es positivo y es bueno, sobre todo para una candidatura como la de Iván Cepeda, dijo Medellín.
Esa mirada también la tuvo la senadora de la Alianza Verde, y lejana al gobierno Petro, Angélica Lozano. En un trino apuntó que el resultado de este domingo es más alto de lo pronosticado e implica un duro reto para la contienda venidera: Pinta un triunfo inequívoco para el Pacto hoy. Desde la diferencia y competencia lo reconozco, ni más faltaba.
Lozano complementó su análisis señalando que si bien es cierto que la última consulta oficial sacaron 5,8 millones de votos, fue en un día oficial con más de 20 millones de personas votando con 100.000 mesas instaladas. En cambio, hoy tuvieron la mitad del resultado con 19.000 meses. Les fue muy bien, señaló.
Y es que un dato también a tener en cuenta es la votación que tuvo la lista a Senado en 2022. En ese momento sacaron 2,8 millones de votos. Esta se puede catalogar como la base de izquierda, pues muchos votantes del presidente Gustavo Petro no entraban en el mismo saco de votantes del Pacto Histórico. Sin ser una jornada electoral fuerte, casi sacaron la misma votación.
El presidente Gustavo Petro, desconociendo que no puede participar en política, hizo esa misma lectura. El resultado de hoy significa que, sin ser aún elecciones, el Pacto Histórico tiene más electores que la mayoría de los partidos políticos en fechas de reales elecciones, imaginen lo que viene, señaló.
Fran Tovar / El Tiempo de Bogotá

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